No había tenido la oportunidad de regresar a sus pantallas para compartir más de las pendejadas que acostumbro a hacer por la vida y con las que busco medio entretenerlos de repente. Así como lo expliqué en algún post anterior, trabajamos en muchísimos otros proyectos entre Mundial y Mundial y, aunque no lo parezca, si trato de mantenerme ocupado y no tanto por decisión o gusto propio sino por mera necesidad porque es bien sabido que de tener yo esa posibilidad, tiraría la hueva mañana, tarde y noche y me dedicaría a perfeccionar mis actuales y próximos nuevos hobbies.
Y no me da vergüenza aceptar que el fruto de mi trabajo de tantos años me ha dado la oportunidad de, si yo quisiera, dejar de trabajar el resto de mi vida …. siempre y cuando me muera el siguiente jueves. Así que, entre que me saco la lotería o me adopta alguien de apellido rimbombante y me deje toda su herencia, continuaré forjando mi camino a base de arduo trabajo esperando sea medianamente satisfactorio para que no me corran pronto.
Tuvimos como empresa y yo personalmente la oportunidad de trabajar en la más reciente Copa América en Estados Unidos; fue un gran proyecto que arrancamos este año y que cobró mayor importancia ya que, por primera vez en la historia de este torneo, el más antiguo del mundo del futbol, los organizadores decidieron incluir y hacer una entrega de un programa de Hospitality de muy alto nivel, el cual nos fue encomendado con todos los retos y oportunidades que con ello implicaba.
Para mis 14 lectores recurrentes quienes, en su mayoría son familiares y gente que soborno para que me lea, aunque siguen sin poder explicar bien a bien qué es exactamente a lo que me dedico, ya más o menos han ido aprendiendo que participo en la organización de eventos deportivos, vendo cosas, atiendo clientes y mando un chingo de emails o, según mi querida abuela (Q.E.P.D.), soy el jefe de todos y sin mí no habría Juegos Olímpicos, Mundiales, carreras y demás cosas que jamás desmentí; para los otros que han llegado aquí, por la razón que sea y me honran con su lectura, les explico brevemente qué es esto qué hacemos tratando de no aburrirles en el proceso.
No pretendo arrancar dando la definición o etimología de la palabra porque qué pinche hueva andar a estas alturas de ocio tratando de dar lecciones para las cuales, además, no estoy certificado para hacerlo. Más bien trataré de aterrizar el concepto básico para poder explicar ¿qué chingados es esto del Hospitality? que suena cada vez más, sobre todo, en el ámbito de eventos deportivos y también para que no se me distraigan yéndose a Temu a comprar una pendejada que no necesitan y que además les llegará abismalmente distinto a lo anunciado.
La industria de la hospitalidad incluye a una gran variedad de sectores dedicados a la comercialización de bienes y servicios en alojamiento, alimentación, bebida, transportación, entretenimiento, protocolo, logística y seguro varios más que estaré olvidando. Por lo general, al referirnos a empresas de hospitalidad, de inmediato pensamos en hoteles y restaurantes qué no es del todo mal, pero ha crecido tanto esta industria que existimos ya muchas empresas que incorporan diferentes otros bienes y servicios y/o se dedican a un cierto nicho dentro de ese universo de la hospitalidad.
Erróneamente (a mi personal parecer), el término Hospitality, muchas veces, recibe una traducción literal al español como “Hospitalidad” y nada puede estar más alejado de la realidad. Hospitalidad, además, de ser una industria, es “el acto de”; si ustedes le dan una Googleadita verán que prácticamente todas las definiciones hablan de que son acciones y servicios cuando, en lo que respecta a esta industria de eventos deportivos en particular, Hospitality, no tiene traducción literal al español por tratarse de un producto o experiencia y, por ende, debiera referirse tal y como está en inglés.
Igualmente, cuando hablamos del Hospitality en eventos o eventos deportivos vemos como, erróneamente, lo clasifican algunos como la zona VIP qué, tampoco es; típicamente, en todo tipo de eventos de esta naturaleza las zonas VIP es por invitación y no algo que se pueda adquirir a diferencia del Hospitality que sí se comercializa y está disponible para adquirirse, para aquellos que quieran y puedan, a través de empresas especializadas como la mía.
Lo que hacemos, entonces, es participar con los organizadores de eventos para producir una serie de bienes y servicios en sitio (y muchas veces fuera de) creando una experiencia única e integral que le agregue sustancia y valor a simplemente llegar, asistir al evento e irse en cuanto termine. En otras palabras, que no puedo usar en nuestros brochures oficiales, hacemos unas cosas bien chingonas para que puedan ir a sus eventos y pasarla de la puta madre de bien por mucho más tiempo.
Y lo que hicimos para la reciente CONMEBOL Copa América USA 2024™ fue eso y más.
Aprovechamos la increíble infraestructura de los estadios gringos, la recurrencia con la que entregan eventos masivos estos grandes recintos y la integramos con la experiencia colectiva que tenemos, como empresa, de décadas para proponer una experiencia de Hospitality que una Copa América no había tenido anteriormente.
Fue lamentable que meses de trabajo y preparación, la infinidad de gente de todas las distintas áreas que entregó su tiempo, talento y sudor y, en general, un evento que había transcurrido de manera muy positiva en las 14 sedes que se utilizaron, se haya visto opacado por los lamentables hechos que se vivieron en la Final en Miami causado por unos cuantos pendejos.
No estoy yo en una posición para poder emitir un juicio de en dónde estuvo el error o a quien echarle la bolita porqué desconozco las implicaciones de seguridad que hay o debieran haber y aunque sea nuestra naturaleza humana de buscar culpables, las cosas no son así de sencillas cabiendo perfectamente en un plano de blanco y negro.
Si bien es cierto que quizá se pudieron haber implementado algunas medidas adicionales de prevención, “el hubiera es el presente perfecto de ya te chingaste” o sea, ya no hay nada que hacer ahorita y solo queda aprender de los suscitado y evitar que algo remotamente similar vuelva a ocurrir en el futuro y más sabiendo que se tiene un reto enorme con el siguiente Mundial de Clubes de la FIFA en 2025 y el Mundial de la FIFA™ en el 2026.
Considero también que debemos ser objetivos y realistas con la situación, ¿a quién chingados se le iba a ocurrir incrementar las medidas de seguridad en los ductos de aire acondicionado del estadio porque se iban a tratar de colar unos pinches rufianes por allí? En todos mis años de estar haciendo este desmadrito fue la primera vez que yo haya atestiguado ese nivel de “creatividad” para tratar de colarse a un estadio; nadie pudo haber previsto esto.
Había una bola de cabrones que, literal, estaban cavando un hoyo afuera de una de las rejas perimetrales para hacerse de un túnel por debajo del pasto impecable del Estadio Hard Rock y poder entrar al estadio sin pagar. No hay FBI, CIA, Secret Service, KGB o la mismísima NASA que se hubieran podido imaginar este nivel de resolución para no pagar por unos boletos.
Y pudiéramos debatir durante horas las razones por las cuáles la gente llega a tomar estas decisiones y acciones; qué si están muy caros los boletos, que si el aforo de 65,000 personas en el estadio es insuficiente y debiera ser el doble cuando menos, que si es el último partido de Messi con su selección, que si Colombia tenía una verdadera oportunidad de ganar el torneo ante una apabullante selección Argentina, que María la Virgen, que si mi abuelo y el Chapulín Colorado, que si me jodí la rodilla sino estaría yo en esa final o cuanta otra excusa pendeja pudiéramos usar, NINGUNA es razón válida o suficiente para romper la ley y poner en riesgo la vida de tantas personas incluyendo niños y bebés… y hasta un puto perro que estaba corriendo por su vida en una de las tantas fotos y videos que vimos en redes sociales.
Entiendo la pasión que los deportes y, en particular, el futbol genera; entiendo también que hay un sinfín de expatriados que por diferentes razones y complejas situaciones el único pedacito de casa que tienen es cuando su selección nacional va a disputar un partido en Estados Unidos y quieren dedicar en cuerpo y alma a apoyarles para que ganen, pero, repito, ninguna es razón suficiente para que un simple y mero partido – porqué se nos olvida que eso es – sea una actividad que peligra la vida de sus asistentes o pensar que no hay garantía de regresar sano y salvo a casa después de ir a un estadio.
No me quiero poner de mamón con frases motivacionales aventadas tan a la ligera tipo “no se pierde, se aprende” o “se perdió la batalla, pero se ganó la lección” pero más nos vale que así sea porque es una verdadera lástima que estemos viendo alrededor de TODO el mundo hechos como estos donde por unos lamentables cuantos, nos jodemos todas las demás personas de bien que solo queremos ir a disfrutar nuestros eventos en santa paz y, obviamente, en mis áreas de Hospitality (estoy a sus órdenes para más información al respecto, precios, descuentos, fotos, brochures, meses sin intereses, sin comisión por apertura, CAT del 10% y miles de beneficios más si llaman dentro de los siguientes 30 minutos donde les incluiremos un regalo único y exclusivo; llamen ya mismo).
Esta fue la primera vez en 15 años que haya yo visto semejante despliegue de mala fe de unos cuantos, y espero sea la última. Espero que cualquiera de los eventos en los que tenga oportunidad de participar en el futuro, nos dediquemos solamente a idear nuevos conceptos para entregar mejores experiencias para nuestros clientes, los aficionados e invitados. No debemos normalizar el desorden.
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